Estado
Acabado.
Lo que todos buscan.
Lo que has tardado, je je. Búsquese al escribiente por los fondos clasificatorios, tras más de 17 horas y con un frontal coronando mi melón. Como nos decía Marcel Zamora a Carlos Ramírez y cía el día antes, "hace falta afición para salir sabiendo que vas a tardar tanto". Ya te digo. 1.16’ nadando, 10.06 en bici, 5.40’ “paseando”. Más 20’ entre T1 y T2.
¿Por qué el Altriman?
Por qué se apunta un tío poco dotado por la genética, con una disciplina y ortodoxia deportiva muy alejada de lo que se supone que debe llevar en la mochila un tío que hace estas cosas; tiempo escaso, jornada laboral larga...No sé, supongo que es una forma de evasión. Sí, como la de todos, evasión del día a día estabulado en un centro de trabajo o en un coche, etc etc. Pero también del crono, porque aunque casi todos presumimos de no competitivos, cuando llevas unos añitos y haces algo que ya has hecho antes, sí que vas ya con el run-run.
El caso es que unido a la expresión-respuesta-comodín ("porque me sale los guebos") el caso es que me el menda se apuntó al Altriman porque no le apetecía en ese momento hacer un IM de los "fáciles". Iba ya ir con el come come de "bajar de". Soy/somos asín y poco remedio habemos. Pero hay remedio: te apuntas a un Altriman y te dejas el reloj en casa. La decisión en firme la tomé el día que acabé la Marcha de los Puertos Míticos de Ávila, de +170 kms y +3300 metros de desnivel. La acabé entero y me animé. Por otro lado, la noticia de que iba a tener que ir sólo me chafó mucho. Estas cosas las disfruto uno mucho más si va con sus seres queridos. No me va el rollo "aquí te pillo aquí te mato", me gusta paladearlo, ver la zona, descansar... soy un puto turista ironmánico, no un triatleta.
Entrenamientos.
Sin ánimo de plañir mucho, decir que el entrenamiento ha sido como el habitual, anárquico y torpedeado por climatología, marrones y compromisos varios. Pero al menos pude sacar unas últimas semanas con horas de bici. Han sido las mismas horas que cuando entreno un IM normal, pero cambiando algo las dedicaciones: se mantienen las 0,000001 horas semanales de agua, se suben las de bici y se bajan las de correr. Salidas laaaaargas, marchas cicilistas durillas, viajes en bici....
"- Cariño, este fin de semana hemos quedado en pasarlo en el pueblo de Luismi"
"- No jodas, tengo que meter kms"
Solución, ir en bici; un Galapagar-Navacerrada-Turégano-Cantalejo-Aranda-Zazuar para soltar patas. Eso sí, el fin de semana engordaba; las chuletas y careta al sarmiento con el riego que lleva de serie y la sobremesa de 10 horas es lo que tienen.
El puente del Corpus lo coroné con tres salidas seguidas de 120+140+120 en las que acumulé 3 Morcueras, 2 Cotos, 1 Navacerrada y 1 Canencia.
Días previos.
Curro curro y curro. Hasta los mismos. Menos mal que toca tupper-wappering y toca aflojar. Recebo los kilos que tanto han costado limar. Limpio la bici como no lo he hecho nunca, petroleando hasta los pasadores de la cadena. Voy tan apurado que no tengo tiempo para acojonarme como debo.
El jueves salgo de casa. Con prisas, aconsejado por Carlos Ramírez, meto ropa como para rodar en la Antártida. Duermo en Huesca en casa de mis cuñados, previa cenorra pizzera acompañada generosamente con zumo de cebada.
El viernes, como viejo prostático que soy, echo mi meada de las 6 y enfilo para Puigcerdá, donde me espera Carlos para ir a Les Angles. La metrópoli. Estación invernal en verano, con la marcha que tiene todo lo francés. Cogemos hotel, comemos, intentamos sestear algo (yo anduve haciendo bolsas y preparándome las merendolas) y bajamos a por los dorsales.
Nos cruzamos con Marcel Zamora, un tío simpático a más no poder con el que liamos la hebra un rato largo. Un pedazo de campeón.
Mientras recojo el dorsal y luego en el hotel me dan dos apretones que me ponen las orejas de pico: el año pasado, que me encontraba bastante bien, fue mi cruz en Klagenfurt. Afortunadamente fue falsa alarma, supongo que nervios (aunque yo no encontraba nervioso, como las que van a parir por primera vez y no quieren epidural) o que alguno de los 4 quesos de la pizza llevaba evacuol.
Acudimos, yo por vez primera, a la Pasta Party. Decente para mi gusto, comida sana y suficiente en cantidad. Nos vamos a dormir a las 21:00. Obviamente, para un ibérico, que no se acuesta a esa hora desde el momento que se le sale un pelo en un huevo, lo de dormir es utópico. Vueltas, levantadas a mear, revisiones tipo "coño-no-sé-si-he-metido-el-frontal"... caigo a eso de las 00:00 zulú.
T0
Dos móviles sincronizados dando por culo a las 3.30' en un pueblo a 800 kms de mi casa. Momento para pensar que cojones hago ahí. Desayuno en la habitación, cutre salchichero. Meto zumo de cartón, membrillo, jamón, queso... se agradece el té cortesía del hotel. No consigo ir al baño. Cosa rara, el cuerpo humano.
A las 4.30, junto a unos compañeros con los que compartimos mesa el día anterior, pillamos el bus que nos baja a boxes. Noche cerrada, cierto acojone, fresquete...
En boxes terminamos de montar el pisito. Como la transición la tengo planteada como algo más que tranquilo, no me como mucho la bola, simplemente de que esté todo lo necesario. Consigo el primer objetivo del día (sí, plantar un huevo. La humanidad avanza a poquitos) y me pongo mi flamante Kynay sin mangas de 59 euros. Me unto de aceite, que me funciona bien como aislante, y por una senda para faquires - pies fríos, chinas agudas - vamos para la salida.
Natación
Salimos de noche. Tras un año sin ponerme el neopreno, me pasa lo de siempre al principio: me agobio y voy con la cabeza fuera, resoplando como si tiras un mastín a un pozo. Entre que somos 4 gatos y que al poco se hacer pie, la cosa es relajada. Voy con cierto resquemor porque he nadado 4 días en todo el año, pero pongo mi vertiginoso y estandarizado ritmo de crucero (2'/100m) y disfruto de una salida de sol pirenaica vista desde dentro de un embalse.
T1
Vuelta al mundo de los faquires: pies fríos, chinas agudas. Tardo más tiempo en limpiarme los pies que en todo lo demás.
Bici
Salgo sequito con coulotte, maillot abierto, manguitos y guantes. El día se adivina bueno. Y con móvil, le he prometido a la doña dar "minuto y resultado". Igual me equivoco en algún nombre u olvido algún puerto, pero intento hacer una secuencia esquemática del recorrido.
Col de Quillane. Nada más salir, haces una bajada de un par de kms para comezar a subir una chincheta de 4-5 kms a 4-5%. Casi se agradece para entrar en calor.
Col de Llosa. Tras una breve y fácil bajada, unos repechos cortos. Primera gota de sudor.
Descenso de Llosa. Bajada con poco luz, sinuosa, con mucha vegetación, gravilla y baches. Así, en frío, una putada. Un chaval de Aranda que me precedía se hace un recto en una curva, sin llegar la sangre al río. Me doy cuenta ya de que algunas bajadas van a cansar tanto como las subidas.
Col de Creu. Se llega a un valle encañonado que poco a poco empieza a empinarse. Son 18 kms de subida, pero realmente son unos pocos kms los que pican. Pero pican bien, hay algún repecho en el que ya hay que meter todo. Yo llevé un 36x27: envidié a los que llevaban triple o coronas de 32, compadecí a los que veías atrancados.
Se baja a Matemale y se transita por un terreno fácil – el único en todo el día – hasta poco antes de Mijanes, que la cosa se empina.
Col de Pailheres. A partir del avituallamiento de Mijanes, comienza el puerto. No engaña, hay un cartel al inicio que te dice lo que te espera. Pongo 36x25 y subo de pie prácticamente los 2 primeros kms. Siempre muy dosificado. El comienzo es más vulgar, pero a partir del 4º km de subida es sencillamente espectacular. Eso hace que su dureza pase inadvertida, disfruto de la subida como hacía tiempo. Bajada rapidilla y sin apenas transición, a por el siguiente puerto.
Col de Choula. Teóricamente más sencillo, a mí se me atraganta. Tiene buen firme, pero es de estos puertos con rectas largas que se atragantan. Empieza a hacer calor, me suena el móvil dos veces (mi cuñado me estaba intentando localizar para ver la carrera) y tengo que parar, qué malos son los teléfonos táctiles para operar con ellos con las manos guarras y bajo el sol.
El descenso es jodidillo, pero entre que ya hay callo y luz, es más llevadero. Se llega a una zona de tendencia descendente pero que de vez en cuando te obsequia con una encerrona en la que hay que poner todo, la sensación es de quedarse clavado.
Hasta aquí lo “fácil”. Tanto en el briefing, como a través de comentarios del propio Carlos Ramírez, queda claro que lo complicado empezaba ahora. Calor, porcentajes de doble dígito, cansancio acumulado…
Col de Garavel. Tras pasar por la cota más bajo del recorrido, se inicia un ascenso suave que poco a poco se va encabronando. Cae el sol con mala leche y los 3 kms anteriores a Roquefort se me atragantan especialmente. Los dígitos del cuentakilómetros son p’a escojonarse, levanto la cabeza y veo que eso no se acaba. Paso el peor rato de todo el día, pienso que aunque no me cuadran los kms ando ya por Carcanieres, que era “el coco” del recorrido. El francés que iba conmigo se baja de la bici y echa andar. Todo se acaba, a partir de Roquefort la cosa se suaviza y la pendiente es más amigable. En el avituallamiento pregunto de coña si lo que queda es llano y la chavala se escojona lo que puede y más. No sé cuantas botijas llevo ya en el cuerpo, pero todas me parecen pocas. En las fuentes meto cabeza con casco y todo, me echo botijas por cuello y espalda. Odio el calor y aquí lo había para regalar.
Col de Carcanieres. Tras un descenso en la onda de los anteriores, de los que no te dejan descansar precisamente, llega lo que en los anuncios de detergentes llamaban “la copa del abuelo”. Me avisa Jean Marc, un francés veterano con el que hice el recorrido casi a la par que son 3 kms muy duros. Subidón, pensaban que eran 4, je je. Voy tan mentalizado que al final no se me hace tan duro, voy con mejor ritmo y sensaciones que subiendo a Roquefort. Tras la parada de rigor en la fuente del pueblo, subimos el último repecho que ya hago haciendo eses de lado a lado.
Col de Hares. Tras un muy muy breve descenso, llega el último puerto, de unos 6 kms al 6%. Después de los anteriores parece una mariconada. Subo muy cómodo, con cadencia y pasando gente. Gente que luego me pasa toda a mí cuando me pongo de tertulia con mi doña. Se enteró de qué iba el recorrido y se encontraba a cientos de kms agobiada por si enviudaba, je je. Prometí correrlo con el móvil, cosas de globerete.
Ahora sí que sí. Bajada y por una zona de falsos llanos con algún leve tropezón más, se llega a Les Angles.
T2
Tardo un verano en ponerme de corredor, estiro canillas por que tras más de 10 horas de bici ando retranqueao.
Carrera a pie
Otra putada, pero el inicio es de lo más agradable. Un par de kms por bosque sombreado. Luego se cruza por la presa y al otro lado del embalse se suben las primeras cuestas hasta un giro de 180º. Bajada, vuelta al punto de partida y por caminos hasta Les Angles. Completo esos primeros 9-10 kms a un ritmo pausado, paro en todos los avituallamientos y no me encuentro mal del todo.
En Les Angles echo a andar, hay repechos de 809809% y tengo claro desde que me inscribí que eso el nene no lo iba a hacer corriendo. Alguno habría, que de tó hay en el mundo, pero yo no lo ví. Me cruzo con Carlos, que va como un cohete pleno de fuerza y motivación; nos damos un abrazo y le arreo, tiene patas para mejorar posiciones.
Tras cruzar el pueblo se sube un repecho como de 1 km al 10% (andando) y luego se baja al lago Balcere, un lugar idílico que en esos momentos no llegas a disfrutar. Por esta zona me encuentro bien y pillo un ritmo continuado y sostenible. La vuelta se hace dura, para un tío que bordea los 80 kilos las subidas son putas, pero las bajadas no lo son menos.
Se sale de Les Angles para repetir los kms iniciales.
A partir del 35, decido echar a andar. Estoy cansado, no quiero llegar muerto y lo de correr con un frontal con raíces y pedrolos en el suelo cuando ya estás con las patas fallonas no me pone demasiado. Me encuentro con mi cuñado, que me acompaña unos kms. Me da igual llegar el 50 que el 60, y a las 22:00 que las 23:00. Que por cierto era mi hora pensada y a la que llegué.
La meta es en un escenario, donde te hacen la foto de rigor que al rato de te dan en el diploma con los tiempos. Me abrazo a Carlos, que lleva horas de plantón, saludo a Jean Marc, el francés con el que he coincidido en el 80% del recorrido y tras un caldito vamos al hotel.
T3
Ducha rápida y a coger el coche para ir a boxes. Que qué pereza que da. Veo que hice bien en reservar algo de fuerzas porque no me imagino llegar al límite y tener que andar con trasteos. Nos juntamos con Carlos y nos apretamos unas cervecitas ganadas a pulso.
Siempre que haces algo crees que lo puedes haber hecho mejor, en este caso además no admite dudas. Eché de menos no haber hecho más kms a pie, no haber ido con menos kilos (que aquí se notan muchísimo) y no haber hecho lumbares. Porque de patas acabé bien, pero la espalda la tenía triturada. Son muchos kms subiendo a riñones como para no llevarlos bien “cubiertos”.
El día después, unos 800 kms de vuelta a casa. Tenía ganas inmensas de ver a la prole.