Así ha sido como he considerado a mi "chasis" toda la vida. La alternancia de la vida crápula con la práctica deportiva nunca me causó problemas.
El cuerpo aguantaba todo. Los típicos partidos de fútbol de 3 horas, de esos que quedan 38-27, a los que ibas sin dormir y en los que acababas corriendo como un gamo para pasar a tomarte las cervecitas pre-cocido de mamá.
Salidas en bici, tras una noche de juerga, para ir hasta la sierra, subir un par de puertos y volver a Madrid para darte una ducha rápida e ir a la Plaza Mayor a echar unos brincos con Labanda con mi entonces novia - la que me aguanta hoy en día - a hombros.
Cigarritos en el coche después de correr un MAPOMA, con una noche anterior de cena en casa de amiguetes coronada por unos peazo de gintonics especialidad del anfitrión. De esto que pones SMS al amiguete con el que habías quedado en el metro para decirle que no vas y finalmente, por la mañana cuando abrías un ojillo te decías: venga, voy a echarme el trote.
Podría seguir, pero no confundirse; no es algo de lo que uno esté especialmente orgulloso; si uno se pasa
por un polideportivo de barrio un domingo por la mañana el 70% de los que están echando partidillos están "exorcizando" la noche del sábado.
Pero es lo que había, nunca he querido renunciar a nada y no lo hacía. Juerga improvisada, p'ahí que iba.
Vuelta a los Puertos del CC Iberia al día siguiente... ¡presente! Podía hacerlo y lo hacía, sin grandes problemas. Por supuesto, un estiramiento era algo que si se lo veías hacer a alguien te quedabas pensando: "¿y éste?".
¿Lesiones? Ni una, más allá de algún esguince, luego mal curado.
Ahora, aunque estoy muy lejos de la ortodoxia, reconozco que me cuido más. Cosa fácil, por cierto. ¿Por
tener más información? ¿Por que la edad te hace sabio? ¿Por empatía con todos los que practicas actividades similares a las tuyas? Pues no, más bien por ese bizarro, racial e hispano argumento: "Por cojones". Las macarradas solapadas con machaditas sudorosas, ya hace tiempo que no caben en la misma carrocería.
A los 40 tacos, la máquina ha dejado de ser indestructible. Es más, yo creo que ha dicho: "tú, pringao, ¿te
pensabas que había barra libre de cuerpo serrano? Te vas a cagar".
Y en esas andamos, cagándome en tó. Cosas de viejuno.
Crónica Ironman Vitoria 2024
Hace 8 meses