lunes, 28 de marzo de 2011

Duatlon Alcobendas + Media de Villalba

No me dejo ver mucho por competiciones, unas veces porque tengo otros planes coincidentes, otras porque me da mucha pereza coger el coche y echar una mañana para algo que dura poco más de una hora. Este pasado sábado lo hice, acudí al Duatlón Contrarreloj de Alcobendas. En un grupo de 4 (siendo el 4º el que marcaba tiempo en meta) y sin conocernos previamente, pues... bastante bien parados que salimos. Hacía mucho que no hacía nada intenso, y la verdad es que me encontré bastante bien, pasé menos apuros de los que temía. Tiempo y clasificación, en consonancia con lo comentado, por el medio. Pero creo que casi todos lo pasamos bien en una bonita mañana y con una organización de nota (máxima).












Buenas sensaciones, que unidas a las que tuve en la Media Maratón de Villalba (3' mejor que los dos años anteriores y ) me han suavizado un tanto la sensación de que no estar dando palo al agua. Ando más o menos como siempre a estas alturas del año. A ver si, como mal estudiante y como en otros años, puedo dar un arreón primaveral que me permita hacer algo goloso. Difícil, pero se intentará.


Próxima estación: Ecotrimad.


Saludos.

jueves, 24 de marzo de 2011

300 vs 15

Ayer, echando un ojo al Marca mientras removía el café, leí por encima una entrevista a Manuel Olmedo. Ya es curioso de por sí que un atleta ocupe la última página de un periódico deportivo, donde es más fácil ver a "Ingrid, deportista y voluptuosa cuñada de la portera del inmueble donde - no mucho ha - habitaba la suegra de la ex-mujer de Follinho, delantero suplente de Mollerusa".

El caso es que me llamó la atención una pregunta, en la que se mencionaba la media de veces que ríe un niño y las que ríe un adulto. 300 contra 15. Lo sabes pero no lo cuantificas. Y muchas me parecen esas 15, las mías van condensadas en esos momentos en los que ves como tus enanos sueltan una ráfaga de risas que forman parte de esas 300.

Me encanta la capacidad que tienen Lina Morgan y Fernando Esteso (los alias de mis vástagos cuando se ponen en modo payasete) para descojonarse durante largos ratos de cualquier gilipollez.