Hay tantas noticias malas que ya uno pierde la sensibilidad. Supongo que será un mecanismo de defensa como cualquier otro, si no estaríamos rasgándonos las vestiduras cada tres minutos; más con la vertiente abiertamente sensacionalista por la que se han orientado el 90% de los medios. Pero algunas de esas noticias, rompen esa "corteza", más frágil de lo que pensamos. Y no por que no las haya peores, que desgraciadamente siempre las hay.
Ayer escuché la confirmación de un desenlace que lamentablemente se veía venir: fallecía el chiquillo al que se le cayó un banquillo encima durante un partido de chavales. Por edad, por actividad, por el sitio; por muchas cosas lo sentí cercano. No pude evitar que se me encogieran las tripas.
Camino al curro de la mañana del lunes, iba jodido. Jodido por tonterías, que sí el golpe con la bici, algún rollo familiar recurrente, mosqueo del día anterior con mi hijo, que se adentra rápidamente en el terreno contestario y perrete. Con el cuerpo como lo tiene uno un domingo a las 7 de la mañana. Y oí la noticia. Y el comentario de un periodista. Uno que siempre me ha parecido muy capacitado, a pesar del endiosamiento que sufre cualquiera que aguante con éxito unos años con un micrófono a modo de púlpito.
Pero el muy cabrón... a veces sabe llegar. Describía un sábado de fútbol matinal infantil. Los gestos de los chicos, cuando se aburren en el banquillo y empiezan a dar rienda suelta a sus energías: corretear, trepar... Joder, parecía que me hablaba a mí; al padre de mediana edad que tiene la suerte de que a su vuelta a casa, se encontrará a su hijo. Y que podrá seguir disfrutándolo. Por muchos años.
viernes, 27 de febrero de 2009
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5 comentarios:
Mack, se te ha triplicado la entrada.
SPJ.
Sí, cuando posteo desde el curro, los filtros supercachondos que tenemos en vez de evitarlo lo triplican.
Lo del chaval es una lástima y, como dices, a los que tenemos crios nos llega más.
Como también nos llega la incompetencia de muchos de los que "llevan" los equipos en los que entrenan / juegan / se divierten / se forman nuestros chavales.
Afortunadamente no es el caso del entrenador del equipo donde juega mi hijo pero he visto más de un caso de entrenadores que deberían haber sido expulsados por los árbitros por no infundir unos valores a los chavales (lo de que no tienen ni puta idea pero lo hacen porque si no lo hacen ellos no lo hace nadie no lo menciono).
En fin, que esto es otra historia y debe contarse en otro momento.
Lo del chico una lástima, pero la vida tiene esto, como dices cada día hay que dar gracias por poder continuar hacia adelante todos juntos.
hago mia tu reflexion.
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