Tamaña aseveración la tuvo que hacer alguien que no curró en su vida. Vaya semanita y pico de curro intenso, con prisas, malos entendidos, cabreos y broncas intestinas que no llegan a ningún lado. Y sin el consuelo o escape de machacarse un poco para soltar mala baba.
Una sesión de pisci y una salida en bici en toda la semana, unos 45 kms a poco más de 30 km/h y... nada más. El viernes, médicos infantiles, logísticas de hogar...
El sábado viaje lúdico-gastronómico-comercial (ir a Guijuelo con amigotes a hacer acopio de jalufo y a degustarlo en todos sus formatos).
Y el domingo, compromisos falimiares y posterior papeo con amigotes. Por la tarde, finalizado el zafarrancho infantil de baños, cenas y ubicaciones en respectivos catres/cunas, hago débil amago de salir a correr. Pero no puedo ni con los cordones. Cuando no se puede no se puede, y además es imposible.
En cualquier caso, esta semana y la anterior entraban dentro de lo consideraba de antemano "semanas chungas". A ver si ahora con el puente, la cosa mejora; es la idea.
De momento, hoy martes, tras lunes de prescrito descanso, lo que tengo trazado como presunto punto de inflexión: Prueba de esfuerzo habemus. Qué pereza dejarme los higadillos en una cinta al son que me marquen.
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