Pi-pi-pi-piiiiiiiiiiiiii... mi última neurona se agota.

Acabado a efectos cotidianos el verano, toca recuperar ciertas rutinas. Una de ellas, la de correr al inicio del día, con sus manidos pros y contras. Sin saber muy bien si incluirlo entre los primeros o entre los segundos, a algunos les da por filosofar con cierto criterio. A mí, por el contrario, me salen a flote auténticas gilipolleces. Ayer me dio por pensar en las parejas (semánticas / onomatopéyicas) que se dan en el deporte. A bote pronto:

• Turkoglu y Kurtoglu (selección turca de baloncesto)
• Bolo y Bolic (delantera del Rayo Vallecano, pocos años ha)
• Bolic y Balic (delantera de Bosnia, pocos años ha)
• Minga y Kola (delantera de Albania, algunos años más ha)
• Riga y Riganó (delantera del Levante)
  

A ver si el Real Madrid ficha a Kaká, a algún griego o lituano de apelligo Colitis y lo juntan con Diarr(e)a.


En fin, qué desperdicio de última neurona viva.


En lo estrictamente deportivo, la presente semana está complicadilla. Sobre todo el fin de semana que es de donde tocaría sacar tiempo. A ver como me lo monto para conseguir hacer salida larga y dura (malpensados abstenerse) en bici sin que repercuta en un fin de semana en el que tengo dos saraos (uno co-organizado por el menda), dos comidas familiares y una cena-copichueleo con banda de crápulas. Y es que se juntan cumpleaños de suegra, esposa, hijo, de un amiguete muy amiguete y aniversario de boda (12 añotes, como pasa el tiempo).