miércoles, 1 de abril de 2009

Fútbol.

Me gusta el fútbol. Jugarlo es (era) divertido, no me imagino mi infancia, pubertad y adolescencia sin esas horas y horas en campos de tierra, plazoletas, patios... esos partidos que acababan 35-28 y en los que al final sólo corríamos 3; yo era de los malos pero muy trotón.

Y verlo, también. Cada vez menos, es cierto, que últimamente me sobo. Y cuando comenta el de la pajarita, el tal Montes, directamente apago. Pero sí que me gusta, un partido bueno y emocionante es divertido de ver. Otra cosa es todo lo que lo rodea, un circo económico y cansino. Pelotazos, forofismo, rumorología, horas y horas en los medios... un tostón.

El caso es que últimamente hablo mucho de fútbol. Básicamente porque mi enano está abducido; ha sustituido a los Pokémon por los futbolistas, de controlar las características y evoluciones de 45843968 bichos feos ha pasado a controlar estaturas, pesos y trayectorias profesionales de 5495680964 peloteros.
Así, me encuentro cada vez más frecuentemente emboscado en conversaciones acerca de si Pedro López es bueno, que si por qué Drenthe es tan malo, que si quién es mejor, Villa o Kempes... Uf, he encontrado la horma de mi zapato.

Las sábados por la mañana fútbol infantil. Y a veces el viernes tarde, por recuperar partidos aplazados por la nieve. Intenté meterle en la escuela de ciclismo que hay en Galapagar (un lujo a 10' de mi casa), pero pudo el fútbol. Y la verdad es a estas edades, está aún bien. Todavía no se dan patadas, no hacen teatro, no protestan, si hacen daño sin querer al rival se les pone más cara de susto que otra cosa... Es entrañable ver como el árbitro les ata los cordones o el entrenador les saca en brazos si se han hecho daño. Juegan en unos campos de verde artifical que ya hubiésemos querido muchos. Lo pasan bien. Con otras edades, ya se empiezan a ver cosas que me gustan menos.

Y, como no, está la figura del padre-madre-verdulero-a del niño que juega al fútbol. Y es que padres los hay de todo pelaje. Desde gilipollas que están esperando la mínima para berrear contestando a algún otro padre soplapollas, a gente educada que hace lo que hay que hacer: ver un partido de críos y disfrutar, aplaudiendo a los de tu enano y a los otros. Luego estamos los - como me dice una madre - "descastaos". Yo, o me voy a correr mientras juegan, o voy ya corrido, en cuyo caso estoy en la grada más tirao que una colilla y muuuuy tranquilito. El caso es que ya me conozco casi todos los colegios y polideportivos de la Sierra Noroeste.

Luego está el fútbol en los estadios. Luce mucho más un partido que en la tele (aunque yo soy más de bar, je je). El pasado sábado me llevé al enano a ver el España-Turquía, un regalo para él porque a mí me daba una pereza tremebunda. Y sí, mi hijo disfrutó, pero hay que ver lo sumamente imbécil que es gran parte de la gente que va al campo. Silbar himnnos ajenos, insultar a destajo, protestar todo, colarse en las colas, guarrear, molestar... todo en dirección contraria a los valores que uno pretende que tengan sus hijos.

5 comentarios:

davidiego dijo...

tú sigue, que vais por el buen camino.

el chulo dijo...

tiqui taca macario, tiqui taca ;-)
yo este año , llevo al mio a un campus de verano de futbol. esta bastante bien y quien lo lleva es de mi mas absoluta confianza ( esto lo digo por lo de los imbeciles que hay por esos campos gritando e insultando delante de los niños).
y dile a tu hijo, que kempes era mejor que villa...;-)

Anónimo dijo...

Explícale a tu hijo por qué su padre no es un ultra (porque no tiene cojones a salir a correr más de 50km).

JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA.

Ishtar dijo...

Yo creo que ya lo he dicho alguna vez, pero he sido muy futbolera(en casa de mis padres se ve fútbol en la tele a todas horas, aunque sea un partido de 2ª B... cosas de mi hermano), pero cada vez me gusta menos. Los partidos bonitos me siguen haciendo disfrutar, ¿pero cuántos hay?, ¿1 entre 50?. Los demás son un rollo sublime.

Y, el ambiente, me parece cada vez más horrible. Mucha violencia, mucho catetismo y mucho llamar vago a un tío que por lo menos está de pie mientras tú estás con tu culo gordo en el sofá comiendo pipas... ¡qué sabrá ese de esfuerzo físico!!. cada vez que paso delante del campo camino de la piscina y veo a padres gritando como energúmenos ante un partido de chavalillos, se me ponen los pelos como escarpias...

Pero bueno, es lo que hay, así que tendremos que aguantar que nuestros chavales tiren por ahi... eso sí, hay que hacerles ver que esa agresividad no es buena para nada...

Besicos!

vsblanco dijo...

Macario, te voy poniendo en situación por lo que te espera para el año que viene.

* La colección de cromos es de ediciones Este.
* Vete comprando, cambias, pero no pagues por ningún cromo. Los que ahora salen 1 de mil en tres semanas saldrá hasta en la sopa.
* Los cromos salen por oleadas. A principios de febrero nadie tiene fichajes altos, pero pasadas unas semanas ya nos han salido a todos.
* Cuando el taco de repes sea muy gordo te pasas un domingo por la mañana por la pza. de Quintana (no sé si hay algún otro sitio en Madrid). Allí hay cientos de gente cambiando, comprando y vendiendo. En dos mañanas te llevas a casa 50 cromos y terminas la colección.